Nos regalaron hace tiempo la máquina de rodillos manuales para hacer pasta fresca, y la verdad, es un artilugio sencillo, fácil de usar, barato y tremendamente útil. Y si a eso le añadimos que pasas un rato divertido, sobre todo si tienes ayuda, el resultado es inmejorable.
Hay muchas recetas para la masa de la pasta. Es más fácil de manejar si añadimos huevo, pero como nosotros queríamos un producto 100% vegetal, sólo la hemos hecho con harina, agua, sal y un chorrito de aceite. El truco? Que la harina sea de fuerza, y que el aceite sea de oliva:
- Ponemos en un bol grande o sobre la mesa un volcán de harina, y en el centro agregamos el agua, sal y un chorrito de aceite. Trabajamos bien, hasta que la masa queda fina, suave, no pegajosa. Las medidas en peso no las pongo porque nunca van a ser exactas, sino que vamos agregando agua hasta que se pueda trabajar, y añadimos harina según la pida.
- No nos pasemos con el aceite, sólo añadiremos un chorrito como si aliñásemos una ensalada.
- Luego vamos pasando porciones de masa entre los rodillos, cada vez más finos, o la estiramos con un rodillo manual, y la cortamos según vaya a ser para tagliatelle, lasagna, ravioli... a vuestro gusto. Bon profit!