Ya casi estaba todo listo para servir la mesa cuando se nos ocurrió que tal vez, en vez de mezclar todos los ingredientes, sería más divertido y vistoso que las salsas se sirviesen por separado. ¿Por qué no? Así, cada uno de nosotros disfrutamos de este plato equilibrando nosotros mismos los sabores. Por un lado teníamos el sabor dulce y especiado de la salsa de coco, y por otro lado, la potencia de esas guindillas picantes hidratadas en el jugo de lima con aceite de sésamo. Y la combinación resultó: cremosa, refrescante, dulce y picante. Si te atreves, aquí tienes:
Para 4-5 personas:
400 gr. noodles de arroz (tamaño tallarines)
1 Pimiento verde
1 Pimiento rojo
1 Cebolla morada
1 Calabacín muy tierno
2 Zanahorias
Ingredientes de la salsa de coco:
400 ml. Leche de coco (1 lata)
6 cardamomos
1 rodaja de 1 cm. de Jengibre (aprox.)
3 clavos de olor
Pimienta negra
Pimienta de sichuan
1 Ajo
4 cucharadas aceite de sésamo
1 cucharadita de sal
Pizca de lemongrass en polvo
Ingredientes de la vinagreta de guindillas:
Guindillas rojas secas
Zumo de lima
Aceite de sésamo
Semillas de sésamo tostado
Sal
Elaboración:
Primero cortamos todos los vegetales de manera que se vayan a poder mezclar bien con los noodles y sean fáciles de comer: nosotros hicimos tiras finas con ambos pimientos, tamaño similar para el calabacín, una juliana gruesa con la cebolla morada y las zanahorias, por último, en láminas hechas con el pelador.
Después, para que se vaya cocinando, ponemos a calentar el aceite de sésamo para la salsa de coco en un cazo pequeño, añadimos todas las especias y el ajo machacado y en cuestión de segundos, añadimos la leche de coco. Vamos a dejar que reduzca a fuego suave hasta que se quede al menos en la mitad de su volumen. Lo probamos y rectificamos de sal, e incluso de especias si nos gusta más potente. Quedará una salsa de textura espesa, y muy aromática. La colamos y la mantenemos calentita hasta que la vayamos a servir.
En otro pequeño cuenco, tendremos las guindillas troceadas, regadas con zumo de lima, una pizca de sal y semillas de sésamo, y un chorrito de aceite de sésamo. Aquí eres tú quién decide el porcentaje, aunque te aconsejamos que esté potente de lima porque le da al plato el contraste que lo hace especial.
El siguiente paso es poner una olla con agua a hervir, para preparar los noodles de arroz. Algunos de estos fideos, como es en nuestro caso, se cocinan pocos minutos, así que hay que estar atentos para no pasarlos de cocción. Mientras, al mismo tiempo, vamos a saltear las verduras en un wok amplio, con el fuego alto, para que queden vistosas y un tanto crujientes, y conserven textura y sabor; las salteamos todas al mismo tiempo excepto las láminas de zanahoria que las añadiremos en los últimos segundos por ser tan finas.
Tal y como tenemos hechos los noodles, escurrimos y los añadimos al wok. Salteamos junto con los vegetales unos segundos y servimos inmediatamente.
Ahora, servimos en una jarrita caliente la salsa de coco, y en un pequeño cuenco, las guindillas en vinagreta. Y dependiendo de nuestro estado de ánimo, de nuestro apetito, y de nuestras ganas de que hoy el plato sea más dulce, más picante, o mucho de ambos, añadiremos de una y de otra.
Bon profit!!
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