Hoy hemos preparado una tortilla bien esponjosa, ideal para dejarla preparada y tener la cena lista en un pispás acompañándola de una buena ensalada o un gazpacho fresquito. Es muy importante tener a mano una sartén pequeña pero profunda, antiadherente, con la que nos sea fácil girar la tortilla sin que se pegue utilizando la cantidad justa de aceite.
Ingredientes:
3 patatas pequeñas, lavadas y con piel
3 cebolletas chinas frescas
1 taza de harina de garbanzos (de 250 ml.)
270 ml. leche de soja
1 cucharadita de vinagre de manzana
1 cucharadita de cúrcuma
Aceite de oliva
Sal
Elaboración:
1. Lavamos y cortamos las patatas en dados, y las ponemos a freír en aceite de oliva a fuego suave, para que se ablanden.
2. Cortamos las cebolletas chinas en aros finos y las añadimos a la sartén cuando las patatas ya estén blanditas, sólo durante un par de minutos.
3. Escurrimos la mezcla con la ayuda de un colador para retitar el exceso de aceite: ponemos en un cuenco las patatas y cebolletas fritas y reservamos aparte el aceite.
4. En un bol mezclamos la harina de garbanzos, la cúrcuma, una pizca de sal y la mitad de la leche de soja hasta conseguir una pasta sin grumos; luego incorporamos el resto de la leche y el vinagre, y removemos bien hasta que quede fina y uniforme.
5. Mezclamos la pasta de harina de garbanzos con la ptata y cebolleta que habíamos reservado.
6. Calentamos un poco del aceite anterior en la sartén y hechamos la mezcla. Cuando cuaj un poco, le daremos la vuelta con la ayuda de un plato que encaje y repetiremos el proceso varias veces para que se cocine bien la tortilla hasta el interior.
Y así queda tras cortarla! Esperamos que haya sido una inspiración para vosotros, porque con esta base se pueden hacer ricas tortillas de espinacas, setas, calabacín y cebolla... Bon profit!!