Nos encanta el hummus. Y es que acompaña tan bien a tantas cosas y es tan sabroso que no puede faltar en nuestra mesa... pero eso sí, la manera de elaborarlo dice mucho de su sabor y textura final, y es que el modo tradicional de hacerlo, con paciencia y al mortero, es la clave de su sabor más auténtico. Se dice que su origen está en el Antiguo Egipto, y hoy en día es una preparación muy común en Líbano, Palestina, Turquía, Siria, Israel y Grecia, entre otros países, y de ahí que podamos encontrar distintos modos de prepararlo en incluso pequeñas variaciones en los ingredientes. Nosotros lo hacemos así:
Ingredientes:
1 Vaso de garbanzos secos
2 hojas de laurel
2 dientes de ajo
Cominos (Para la cocción)
Pimentón (dulce o picante)
Jugo de limón
Perejil y/o Cilantro fresco
6 Cucharadas semillas de sésamo tostado (Para el tahini)
Aceite de oliva
Sal
Preparación:
Cocemos los garbanzos que habremos tenido previamente a remojo (sumergimos en agua caliente y dejamos unas horas); para hervirlos la mejor manera es partir de agua caliente, con un poco de sal, el laurel, un diente de ajo y si os apetece, un poquito de comino para perfumar y hacerlos más digestivos.
En un mortero, machacamos bien el diente de ajo y cuando esté, agregamos el sésamo y lo vamos a trabajar hasta que se forme una pasta. (Nosotros hemos preferido hacer este proceso en vez de utilizar tahini ya hecha, aunque si lo prefieres, puedes comprarla y añadirla después).
Cuando todo esté reducudo a puré, agregaremos los garbanzos cocidos y repetiremos el proceso: Lo haremos con paciencia intentando una textura consistente, un tanto grumosa pero sin trozos grandes de legumbre, sino más bien una pasta trabada y untuosa. Debemos jugar ahora con el punto de sal, limón y aceite de oliva que deseemos, mezclándolo todo bien; después serviremos el hummus en un bol o plato a falta del último toque...
Nosotros lo repartimos en el plato, formando pequeños surcos, y espolvoreamos entonces el pimentón, el cilantro y perejil, un hilo de aceite de oliva de sabor intenso y en el centro, unas ciruelas pasas para acompañar.
Simplemente con un poco de pan y unas rodajas de tomate, nosotros tenemos la cena hecha. ¿Te apuntas? Bon profit!!